Casi
todos sabemos que las dietas habituales no funcionan por el conocido efecto
rebote, o en otras palabras, en cuanto volvemos a comer lo que nos habían
prohibido, engordamos los que habíamos perdido o incluso mas.
Entonces,
¿qué hay que hacer para poder adelgazar?
Pues
una cosa bastante sencilla pero a la vez difícil de hacer, que no es ni mas ni
menos cambiar los hábitos de alimentación.
Y es
que cambiar los hábitos es algo muy complicado porque ya hemos tomado la
inercia de hacer siempre las cosas de la misma forma.
Si
no te lo crees, intenta cepillarte los dientes con la mano contraria o comer
con la mano contraria, verás que no es nada sencillo.
Pero
es la clave si cambias los hábitos de alimentación, verás como adelgazas definitivamente
y sin efecto rebote.
¿Y
eso, como se hace?
Hay
algunos especialistas que indican que si nos acostumbramos a hacer algo durante
21 días seguidos, lo convertiremos en un habito.
Así
que si eres capaz de aceptar el desafío y cambiar los hábitos durante esos 21 días,
verás que a partir de entonces te será mas fácil y se convertirá en tu forma de
comer y vivir.
¿Preparado
para el desafío?
Algunas
pautas, para comer y que probablemente ya conoces.
1º
Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo.
Así
que tu comida mas importante sea el desayuno, después una buena comida y una
cena mínima.
¿Por
qué? Porque nuestro metabolismo está mas activo durante la mañana, según los
ciclos solares y se ralentiza a partir de las 6 de la tarde. Por tanto si
desayunas y comes una buena cantidad de alimento, te engordará menos que si lo
haces en la cena.
Después
de la cena, nuestro metabolismo es muy lento y el intestino tarda mucho tiempo
en procesar los alimentos, y además si después nos vamos a dormir todavía mas
lentitud y por tanto mayor aumento de peso.
Por
tanto desayuna entre las 6.30 a 8.30, come a las 13 o 14 horas como muy tarde y
cena no mas tarde de las 20h.
¿Y
que como? Tal como explicaba en un post
anterior, intenta que tus alimentos sean crudos en una proporción 80/20, los
crudos son verduras, hortalizas y frutas.
Así
que por ejemplo tu desayuno puede estar compuesto por:
1
zumo natural de fruta (parte del 80), 2 tostadas de pan integral (parte del
20), y por ejemplo un tomate refregado en el pan (80)
Para
la comida puedes tomar:
Una
ensalada con lechuga, tomate, cebolleta, zanahoria (todos 80) y un plato de
pasta o arroz integral (20) con alguna salsa de tomate. Pero ojo no le pongas
una salsa con nata, o bechamel o cosas por el estilo porque eso aumenta tu peso
y volumen. Si quieres comer carne o pescado, que sea poca cantidad y siempre a
la plancha.
Para
la cena (de mendigo) puedes tomar:
1
verdura cocida (brócoli, judías verdes, etc.) con alguna patata cocida, o una
ensalada, o una ensalada de frutas. Recuerda que cenas como un mendigo.
Pero
no le pongas a la ensalada queso o huevo o cosas por el estilo porque de nuevo
eso aumentará tu peso.
2º
Plato pequeño y zapato grande.
Esto
indica que tienes que quemar mas calorías (zapato grande= caminar mas) que las
que ingieres (plato pequeño).
Así
que plantéate moverte, al menos 30 minutos al día durante 5 días. Aunque solo
sea salir a caminar deprisa, pero muévete, y asegúrate de hacerlo por medio de
definir con antelación, a que hora vas a hacer tu ración de ejercicio.
Para
comer la cantidad correcta, hay un truco, acostúmbrate a comer en un plato de
postre en lugar de un plato normal. Si llenas el plato de postre, comerás lo
que realmente necesitas, pero si pones la misma cantidad en un plato grande te
parecerá que es poca cantidad y seguro que al final lo llenas.
Recuerda
son 21 días los que necesitas para acostúmbrate. Inténtalo no es tan difícil.
3º
La planificación es la clave.
Una
de las cosas que nos suele pasar es que no sabemos que comer o cenar, y por
tanto sacamos algo de la nevera (normalmente embutido o cosas que no nos
interesa comer) y de nuevo engordamos.
Para
evitar esto crea tu menú semanal, y asegúrate de cumplirlo. Decide que vas a
desayunar, comer y cenar con una semana de antelación y compra todo lo que
necesites para que no te falte de nada. Verás que si te acostumbras a realizar
los menús por adelantado, no te saltarás las comidas que te van bien.
4º
Somos un 75% agua.
Y
por tanto necesitamos agua, y mucha, para que nuestras células y tejidos
funciones correctamente y nuestra sangre circule de la mejor manera. Bebe al
menos 1,5 litros por día.
Si
te cuesta beber agua, hay un truco. Nada mas levantarte bebe un vaso de agua
con el zumo de medio limón para limpiar tu intestino. Durante la mañana llévate
la botella al trabajo y asegúrate de tenerla delante de tu vista para ir
bebiendo uno vaso cada hora u hora y media. Antes de la comida bebe otro vaso
de agua y si quieres durante la comida otro vaso. Por la tarde igual que por la
mañana, ten la botella cerca y bebe un
vaso. Y antes de cenar lo mismo un vaso antes de la comida y otro
durante la misma. Ya verás como te habrás bebido el litro y medio sin enterarte. Y por supuesto no bebas refrescos o zumos de frutas embotellados (la cantidad de azúcar que tienen es impresionante, a veces mas de 9 cucharadas de azúcar por litro)
Reduce
el consumo de alcohol (vino, cerveza, etc.) a 2 vasos por semana, ya que el
alcohol tiene muchas calorías y aumentas de peso sin darte cuenta.
También
el café redúcelo a una taza por día.
Si
quieres asegurarte de hacerlo, recuerda que por cada vaso de alcohol o taza de
café debes beber 2 vasos de agua para compensarlos. Si bebes un café y una
cerveza , deberás beber el litro y medio habitual y además 2 vasos de agua mas
para compensar.
Si
no te acuerdas de beber agua durante la mañana o la tarde, bebe un vaso de agua
cada vez que vayas al baño, así no se te olvidará.
Como
ves son ideas sencillas, pero difícil porque hay que cambiar los hábitos.
Recuerda
el desafío, si lo haces durante 21 días conseguirás crear nuevos hábitos y conseguirás
tu objetivo de adelgazar y estas mas sano.
Tu
decides.
Saludos.
Luis
Perona.
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