domingo, 22 de enero de 2017

LAS FOTOS QUE MUESTRAN EL AZÚCAR OCULTO EN TU COMIDA

Vuelvo al ataque con el tema del azúcar escondido en los alimentos, la semana pasada aparecía otro artículo en prensa que mostraba la cantidad de azúcar oculto en los alimentos, pero en esta ocasión con fotografías para que nos demos cuenta.

Os lo dejo para que saquéis conclusiones.

Un yogur de frutas Danone “0%”= 4 terrones de azúcar. Un brik de 200 mililitros de salsa de tomate Hacendado, otro tanto. Un vaso de zumo “veggie” de Zumosol, =7 terrones. Y un café Mocca Blanco Venti de Starbucks, con nata y sirope de chocolate, la prodigiosa cantidad de 20.

Cuando consumimos cualquiera de esos alimentos, rara vez somos conscientes del montón de azúcar que nos estamos metiendo en el cuerpo, un azúcar que puede crear dependencia y cuyo abuso produce sobrepeso, diabetes, caries o riesgo cardiovascular. O no leemos las etiquetas donde se indica, o no entendemos a qué corresponden exactamente las cantidades que allí se indican. Esta ceguera es la que empujó a Antonio Rodríguez Estrada a crear SinAzúcar.org, una iniciativa para difundir imágenes en las que los productos aparecen acompañados de la cantidad de azúcar que contienen, medido en una unidad familiar y comprensible para todos: el terrón.

“Una de las causas de la epidemia de obesidad actual es el abuso de productos industriales en la alimentación diaria”, explica este fotógrafo entusiasta de la alimentación sana. “SinAzúcar.org pretende visualizar el azúcar oculto en estos alimentos procesados de una forma simple y gráfica para que puedan ser compartidas facilmente a través de las redes sociales. Es mi granito de arena para mejorar los hábitos de consumo”.


Un vaso (300ml) de zumo Veggies de fruta y verdura contiene 28 gramos de azúcar: 7 terrones.


Una botella de 500ml de Coca-Cola contiene 53gr de azúcar: 13,25 terrones.


50 gramos de Frosties de Kellogg’s contienen 18gr de azúcar: 4,6 terrones .


Aunque la idea quizá no sea muy original -la web estadounidense Sugar Stacks o la cuenta de Instagram @dealerdesucre llevan haciendo algo similar desde hace tiempo-, el proyecto presenta dos novedades: los productos retratados provienen del mercado español y las imágenes, brillantes y pulidas, imitan deliberadamente la estética publicitaria con la que se suelen anunciar. “La industria alimentaria nos presenta sus productos de forma brillante para seducir al consumidor. Si queremos luchar contra este marketing debemos ser capaces de ponernos a su nivel y usar sus propias armas para crear imágenes atractivas que comuniquen eficazmente”, asegura el fotógrafo, que terminó hace unos meses un curso de nutrición deportiva en el Instituto de Ciencias de Nutrición y Salud.

Rodríguez Estrada comenzó publicando fotos de productos con grandes cantidades de azúcar, como las bebidas azucaradas. Pero enseguida entendió que sorprendían más los alimentos en los que este ingrediente resulta más inesperado, como una salsa de tomate o un yogur para bebés. Por ello ha decidido dar prioridad a la denuncia de este tipo de comestibles frente a los que el consumidor baja la guardia con más facilidad, sobre todo cuando presentan reclamos saludables como "0%" o vienen avalados por sociedades médicas sin demasiados escrúpulos.


Un café del Starbucks (variedad Mocca Blanco venti, con nata y sirope de chocolate) tiene 80gr de azúcar: 20 terrones.


250ml de Salsa César Florette tienen 24 g de azúcar: 6 terrones.


Ocho galletas María contienen 12 gramos de azúcar: 3 terrones.


30 gramos de Mi Primer Cola Cao contienen 10.8 gramos de azúcar, casi 3 terrones. Lo patrocina la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).


Para calcular la cantidad de azúcar, el fotógrafo usa la información que da el propio fabricante en el etiquetado. En el caso de alimentos más genéricos como tostadas de pan de molde, tarta de queso, donuts de chocolate o golosinas, toma una marca de referencia y aplica la misma norma. Cada uno de los terrones de las fotos pesa cuatro gramos.

Algunas de las imágenes de la iniciativa empujan a pensárselo dos veces antes de darles ciertos preparados a los niños o zumbarnos una bebida “energética”, unas galletas o unos cereales. ¿Pero cómo se explica que nos hayamos vuelto tan insensibles a semejantes cantidades de sacarosa? “Unas de las consecuencias del abuso del azúcar es la subida del umbral de sabor dulce”, expone Rodríguez Estrada. “Cada vez necesitamos más para que algo nos sepa bien. Si educamos desde pequeños nuestro paladar con batidos, yogures azucarados o refrescos, cuando somos adultos un café con 20 terrones de azúcar nos resulta delicioso”.


Un brik pequeño (210ml) de tomate frito Hacendado tiene 16 gramos de azúcar: 4 terrones.


Un yogur Nestlé para bebés tiene 9 gramos de azúcar. Más de dos terrones.


Una lata de Monster (553ml) tiene 60 gramos de azúcar: 15 terrones.



Como era previsible, SinAzúcar.org ha recibido el apoyo de no pocos dietistas-nutricionistas a través de las redes sociales, a quienes el fotógrafo espera ayudar en la pelea por una alimentación mejor y en contra de las malas prácticas de la industria alimentaria. Por el contrario, entre las marcas retratadas en las imágenes reina por ahora el silencio. “Todavía no me ha contactado ninguna”, afirma Rodríguez Estrada con sorna, “pero cada vez que entro al Starbucks noto que me miran mal”.

Como ves las imágenes son muy claras, solo es cuestión de leer las etiquetas y ver la cantidad de azúcar que aparece, y si no viene como azúcar mira si pone jarabe de maíz, o fructosa, es exactamente lo mismo.

Saludos.

Luis Perona.

sábado, 14 de enero de 2017

Azúcares: cómo intoxicamos a los niños sin saberlo

Esta semana aparecía otro articulo en el diario EL PAIS sobre el peligro del azúcar para los niños, os lo dejo tal cual para que saquéis vuestras  conclusiones.

Los científicos advierten del peligro de bebidas azucaradas y productos procesados que reducen la esperanza de vida de los menores

Todo empieza con los cereales industriales, galletas o magdalenas del desayuno y el sándwich con zumo envasado que metemos en la mochila para el recreo. Que se suma a una lata de bebida carbonatada, batidos, algún bollo industrial para la merienda y en ocasiones pizza, salchichas, hamburguesas y sus salsas, conservas o cualquier otro producto procesado que nos permite solucionar rápido una cena. Las prisas hacen que no nos fijemos en la cantidad de azúcar añadido que estamos sumando gratuitamente a la dieta de los más pequeños y pone en riesgo su salud. No se trata solo de caries y obesidad, sino de las enfermedades derivadas que -según la comunidad científica- van a provocar la primera generación de jóvenes con una esperanza de vida menor que sus padres por los malos hábitos alimentarios.


“El problema que tenemos en España es una falta de conciencia crítica y falta de costumbre de leer e interpretar los etiquetados de los productos. Asociamos el azúcar al que se toma a cucharadas, pero no nos damos cuenta de que existe otro azúcar peligroso que está escondido y disimulado. Incluso los productos que dicen “sin azúcar añadido” son engañosos porque si vemos su composición comprobamos que no es verdad. Es imposible que un zumo envasado no lleve algún edulcorante. La legislación del etiquetado debería ser más restrictiva para que obligase a las compañías a declarar la cantidad de estos compuestos y su riesgo para la salud”, señala la doctora María Ballesteros, miembro de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Y añade: “Con estos malos hábitos, que estamos inculcando a los niños, ponemos en riesgo su salud. Hay tipos de obesidad muy dañinos que tienen signos menos evidentes: no se trata solo de coger unos kilos. Además de la tremenda tasa de obesidad infantil que tenemos, los estudios han demostrado que estos azúcares añadidos aumentan las posibilidades de sufrir síndrome metabólico y enfermedades derivadas como cardiopatías, hipertensión, diabetes y cáncer que reducirán su esperanza de vida”.



¿Sabemos realmente a cuántas cucharas de azúcar equivalen los productos que consumimos? La respuesta es no. En muchas etiquetas solo se advierte en general la presencia de sacarosa, fructosa, dextrosa, pero no la cantidad exacta. Algunas iniciativas -como esta cuenta de Instagram- señalan la equivalencia, pero recomiendan revisar siempre el etiquetado. Por ejemplo, una cucharada de salsa de tomate para hamburguesa equivale a cuatro cucharas de azúcar, mientras un refresco contiene entre 20 y 30.



La Asociación Americana de Corazón acaba de publicar en la revista Circulation el estudio Added Sugars and Cardiovascular Disease Risk in Children, con la recomendación de reducir en niños el consumo de azúcares añadidos -sólidos o líquidos-a menos de 25 gramos al día, lo que equivaldría a 100 calorías o seis cucharitas de azúcar. La investigación, dirigida por Miriam Vos, experta en nutrición y profesora asociada de pediatría en la Escuela Universitaria de Medicina de Emory (Atlanta, Georgia), también recomienda reducir el consumo de bebidas azucaradas a menos de 23 centilitros semanales. Una sola lata ya contiene 33 centilitros.

Estos datos siguen la línea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2015 lanzó una directriz mundial para reducir la ingesta de “azúcares libres” (distintos de los “intrínsecos” y saludables que encontramos de forma natural en frutas y verduras) al 10% y 5% de la ingesta calórica total. También confirman las advertencias del estudio publicado el año pasado que cifraba en más de 180.000 muertes anuales derivadas del consumo de bebidas azucaradas. Precisamente un equipo de investigadores españoles pertenecientes a la red CIBEROBN del Instituto de Salud Carlos III acaba de publicar en la revista Journal of Nutrition un informe en el marco del Estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), que señala directamente a las bebidas azucaradas -incluyendo bebidas light y zumos de fruta envasados- como causantes del aumento del riesgo a sufrir síndrome metabólico.

“Estamos en un contexto casi de tintes bélicos en el que observamos por una parte a las empresas con intereses económicos en la industria azucarera y de productos procesados, que nos fuerzan a consumir más azúcar a pesar de conocer las enfermedades metabólicas que vamos a sufrir en un futuro. Y por otra parte tenemos las administraciones con su política de brazos caídos que no controlan ni legislan para evitar este consumo masivo”, advierte Juan Revenga, Biólogo miembro de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN) y profesor de Ciencias de la Salud de la Universidad de San Jorge.

Los científicos no dejan de lanzar advertencias y demostrar los peligros de estos productos, pero ¿por qué nadie interviene ni controla el consumo de esta droga legal? Revenga encuentra un motivo claro: el dinero. “Cuando los directivos de estas empresas se han planteado reducir los compuestos nocivos ven que reducen también los ingresos. Les interesa dar al consumidor lo que este pide: más azúcar, más beneficios. El colmo está en los acuerdos entre hospitales y laboratorios que se dejan financiar por cadenas de comida rápida, colegios que aceptan máquinas de vending porque las marcas les van a construir un polideportivo o el caso más irónico: el Plan Havisa (Hábitos de Vida Saludables), publicitado por el gobierno y financiado por un grupo de empresas de productos procesados. Lo más sangrante es que estos empresarios y políticos no consumen esos productos porque saben los riesgos que conllevan, como se explica en el demoledor libro Adictos a la comida basura del Premio Pulitzer Michael Moss”, afirma Revenga, que en su blog ha denunciado varios casos de esta intoxicación edulcorada y lo asemeja al surrealismo de un hipotético congreso de bomberos financiado por pirómanos.


Impuestos contra el azúcar

¿Qué pueden hacer las familias para evitar este consumo masivo de azúcar? Los nutricionistas encuentran una solución clara: más compras en el mercado de proximidad y menos en el supermercado. Los “alimentos silenciosos”, como frutas, verduras y pescados, no necesitan un etiquetado que justifique su composición. Son la única forma de evitar los compuestos añadidos disimulados que se encuentran en los productos procesados. “En consulta encuentro a madres que me dicen que solo dan un zumo envasado a su hijo para merendar, con la esperanza de que sea sano. ¿Cuánta cantidad de fruta real contiene? Muy poca. No nos podemos dejar engañar. La mejor forma de consumir fruta es a mordiscos o zumos exprimidos en casa. Si a una dieta equilibrada con más verduras añadimos pasta, legumbres y arroz aportaremos el azúcar de lenta absorción que va a garantizar el aporte de energía necesario para los niños. No como los picos de azúcar de todos esos productos artificiales que además tienen poco contenido alimenticio”, explica María Jesús Pascual, pediatra del Hospital Nisa Pardo de Aravaca de Madrid.

Ante la epidemia de obesidad infantil algunos países como México, Francia o Italia han puesto en marcha impuestos elevados sobre productos edulcorados para reducir su consumo. Reino Unido impondrá esta medida a las bebidas azucaradas dentro de dos años. En España estos impuestos ni están ni se les espera por las presiones de la industria alimentaria: el lobby azucarero es más fuerte que la presión social y el compromiso político para proteger la salud de los niños.

Como ves tenemos que fijarnos mas en las etiquetas de los productos para evitar consumir azúcar sin parar.

Saludos.


Luis Perona.

jueves, 5 de enero de 2017

La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en España. ¿Te afecta a ti?

Os dejo otro articulo del diario EL PAIS que apareció la semana pasada:

La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en España. Sin embargo, prevenir problemas cardiovasculares es muy sencillo. Basta con cambiar una serie de hábitos de alimentación y estilo de vida y reforzar el consumo de nutrientes cardioprotectores, como el Omega 3. Este es el decálogo de hábitos cardiosaludables.


1.- Aumentar el consumo de pescado

En España solo se consume, de media, una ración de pescado a la semana, una tercera parte que carne. Es menos del 25 % de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, que se sitúa en torno a tres o cuatro raciones a la semana. Rosa Ortega, del Departamento de Nutrición, Facultad de Farmacia, Universidad Complutense de Madrid, va más allá: “Lo aconsejado sería tomarlo entre cinco y siete veces por semana; algo menos en individuos pequeños e inactivos. Y algo más en mayores, con más actividad”. De modo que la media está en al menos cinco veces por semana.


2. Adoptar la dieta mediterránea como un aliado para cuidar el corazón

La dieta puede llegar a reducir hasta un 30 % el riesgo de enfermedad cardiovascular. Y disminuir hasta un 70 % las probabilidades de volver a padecer una patología cardiovascular. “El efecto beneficioso de la dieta mediterránea se descubrió hace bastantes años”, comenta Rosa Ortega. “Las investigaciones realizadas a lo largo de los años, incluyendo las más recientes, ponen de relieve que seguir una dieta mediterránea es un buen modo de cuidar el corazón”.


3. Equilibrar el consumo de grasas

Que no todas las grasas son iguales forma parte ya de la sabiduría popular. Que no todas afectan de la misma manera al organismo, también. Rosa Ortega lo explica: “Algunas grasas saturadas y trans perjudican el control del colesterol y aumentan el riesgo cardiovascular. Las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas tienen efectos beneficiosos. Estas últimas incluyen ácidos grasos esenciales que no se pueden sintetizar en el cuerpo, sino que tienen que ser obtenidos a través de los alimentos”. Es nuestra labor aumentar su ingesta consumiendo nueces, pescado y alimentos como las leches enriquecidos con Omega 3.


4. Consumir alimentos con Omega 3 para cuidar el corazón

La American Heart Associaton afirma que las grasas buenas, entre las cuales se encuentran los ácidos Omega 3 como el EPA y el DHA, ayudan a mantener la salud del corazón. A partir de la ingesta de dos gramos diarios se mantienen los niveles normales de triglicéridos en sangre; a partir de tres, se mantiene la presión sanguínea normal. Rosa Ortega: “Los ácidos grasos omega-3 han sido relacionados con un efecto protector frente a diversas patologías: enfermedades cardiovasculares, arteriosclerosis, hipertensión…”

5. Más grasas buenas prolongan la vida

La población de la isla de Okinawa, en Japón, posee el récord mundial de longevidad. Además, gozan de buena salud hasta la muerte: son físicamente independientes a los 97 años de edad. Sus habitantes tienen un 80 % menos de problemas coronarios. Los expertos ‘responsabilizan’ al elevado consumo de ácidos grasos omega 3. “Teniendo en cuenta que los ácidos grasos omega-3 intervienen en la protección frente a muy diversas patologías y deterioros, es razonable asumir que pueden asociarse con mayor longevidad y mayor calidad de vida en los años extra que se puedan lograr”, asegura Ortega.

6. Controlar el colesterol

El exceso de colesterol es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades del corazón. En España, el 47 % de la población adulta tiene el colesterol alto y solo la mitad lo sabe. La buena noticia es que una elección adecuada de alimentos permite reducir hasta un 50 % la ingesta de colesterol. Lo confirma Rosa Ortega: “Una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales, lácteos, pescado, aceite de oliva… encaja en el perfil de dieta mediterránea y por su contenido en fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes, ácidos grasos omega-3… ayuda a prevenir problemas cardiovasculares e ictus”.


7. Caminar 30 minutos al día ayuda a proteger tu corazón

“Caminar y realizar cualquier actividad física habitual y adaptada a las condiciones físicas de cada individuo ayuda a cuidar el corazón, y permite también mejorar el control de peso, forma física y estado de ánimo”, comenta la profesora del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia. También, se ha estudiado que el 78 % de las personas mayores de 80 años que practican al menos media hora diaria de ejercicio, alargan la vida un mínimo de cinco años.


8. Reducir el consumo de alcohol y tabaco

Según el Instituto Nacional de Estadística, un 76,7 % de la población de nuestro país bebe alcohol y un 40,2 % fuma. Sin embargo, ambos son factores de riesgo cardiovascular. Rosa Ortega: “Es destacable el impacto negativo del consumo de tabaco (el riesgo sanitario es proporcional al número de cigarrillos consumidos por día, siendo negativo también para los fumadores pasivos). El alcohol puede consumirse con moderación (1-2 bebidas fermentadas de bajo grado alcohólico al día en mujeres y 2-3 en varones, es aceptable). Pero un consumo excesivo de alcohol es altamente peligroso para la salud del que lo consume y de las personas de su entorno.”

9. Mantener el peso corporal bajo control

Según la Encuesta Nacional de Salud de 2013, el 36,65 % de la población adulta española sufre sobrepeso y el 17,03 %, obesidad. Además, el 24 % de los niños españoles de entre cinco y seis años sufre sobrepeso, frente al 15 % de la media europea. Son datos a tener en cuenta sabiendo que la obesidad es un factor de riesgo cardiovascular y la Organización Mundial de la Salud recomienda equilibrar el peso corporal y controlarlo en función de la altura, edad y sexo. Ortega: “El sobrepeso debe ser evitado desde la infancia, puede llevar poco a poco a la obesidad y a diversos riesgos en la salud, especialmente cuando la grasa se acumula a nivel del abdomen”. Mediante la alimentación se puede controlar la cantidad de grasas ingeridas. La clave es elegir alimentos con bajo aporte calórico; realizar cinco comidas al día, combinar verduras, frutas, pescado, aves de corral; y reducir la ingesta de carnes rojas y carnes procesadas.


10. Reduce el consumo de sal de tu dieta

“La sal contribuye a aumentar la presión arterial, que es un factor importante de riesgo de accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares. Su consumo es muy superior al recomendado en la práctica totalidad de la población y es perjudicial para la salud cardiovascular y general”, afirma Rosa Ortega.

Como ves muchas de las recomendaciones que os he dado en este blog, así que mas dieta de frutas y verduras y mas omega 3, tomando pescado azul o si eres vegetariano tomando nueces o suplementos de omega 3, con uno por comida es suficiente.
Una buena idea es llevar un diario de lo que comes, acostúmbrate a apuntarlo en una agenda pequeña después de cada comida para asegurarte de que realmente comes lo que debes.

Y sobre todo muévete cada día, aunque sea solo andar a paso ligero 30 minutos al día. Y no te olvides de apuntarlo en tu diario.

Animo es fácil si te lo propones.

Saludos.

Luis Perona.